Ayer visité la feria del libro, y a diferencia del año pasado, en esta ocasión compré varios libros todos ellos sobre narrativa histórica (el año anterior solo habia comprado un afinador para guitarra, ja!). Por un lado compré Marco Polo, la novela, de Muriel Romana y por otro compré 3 libros de una colección llamada Grandes Batallas de la historia. De esta última colección adquirí los siguientes tomos: Chacabuco y Maipú: dos victorias tras el cruce de los andes; Ayacucho: el ocaso del imperio Español y Batallas heróicas de Grecia: La gran guerra persa.
Al mismo tiempo, más allá de recorrer la exposición tome una hora para asistir a una charla de Guillermo Abramson, docente e investigador del Instituto Balseiro. Esta institución de elite, dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo y de la Comisión Nacional de Energia Atómica, tiene su sede en el Centro atómico de Bariloche y dicta carreras de grado y posgrado relacionadas a la física nuclear. Para ingresar al Balseiro es necesario primero aprobar 2 años de una carrera de física/ingeniería en alguna universidad nacional y luego rendir una durísimo examen de ingreso. Pero pertenecer tiene sus privilegios: todos los alumnos del instituto estan becados, lo cual les permite dedicarse 100% al estudio. Al mismo tiempo la relación docente/alumnos es 1 cada 2, increible.
Volviendo al tema de este post, la charla trató (entre otras cosas) sobre fenómenos de sincronización espontánea. Asimismo durante la charla, Guillermo mostro algunos experimientos caseros muy interesantes. Uno que me llamó particularmente la atención fue la detección de rayos infrarojos con una cámara de fotos. La cuestión es simple, toma un control remoto y veras que en la parte delantera tiene una lampara/led, que si lo miras a simple vista y presionas algún boton, no veras nada. Eso se debe a que el control remoto utiliza rayos infrarojos y nuestra vista no es capaz de captarlos. Pero si tomas una cámara fotográfica digital y sacas una foto a la lampara/led del control veras la luz que emite.