Hoy me tomo la licencia de hacer un paréntesis en la temática habitual de este blog para dedicar esta entrada a un ser muy querido para mi.
—
Cuenta la leyenda que nacio el mismo día que su mejor amigo. A todos asombraba su espíritu inquebrantable e infinita energia.
En su afan de resguardar la seguridad de amigos y familiares, siempre acechaba a los visitantes simulando buscar comida, cuando en realidad solo quería inspeccionarlos. Del mismo modo solia robar las bolsas de residuos del vecindario y traerlas a casa para destrozarlas en el jardín y así inspeccionarlas.
Es imposible no emocionarse al recordar su reacción al ver gente discutiendo: instantáneamente comenzaba a ladrar de manera de llamar la atención y hacer así que los participantes de la discusión pusieran su foco en él y dejaran de discutir, o al menos suavizaran el tono de discusión.
Curiosamente actuaba de modo similar cuando mi pareja de abrazaba, una reacción que por mucho tiempo no entendí y hoy en día me pregunto si John no estaría intentanto advertirme algo, ja!
Muchos otros seguramente lo recuerden por sus frenéticas corridas hacia los motociclistas que pasaban por la puerta de casa produciendo un insoportable sonido.
Incontables momentos pasamos juntos: momentos de alegría y de dolor, de felicidad y angustia, de sol y de tormenta, todos ellos quedaran por siempre en mi memoria y en mi corazón.
Fue un valiente, un luchador, un amigo, MI amigo.
Amigo mio: se que voy a extranarte pues ya lo estoy haciendo, pero también sé que ahora estas mejor y más libre que nunca. Y sé que nos volveremos a ver y volveremos a las andanzas, pero aún falta un tiempo. Y como no me cabe la menor duda que estas cerca de Dios, no te digo Adios, sino simplemente hasta luego y GRACIAS!
John Paez (07/05/1997 – 20/11/2010), el más fiel de los amigos.