En el artículo anterior me centré en los desafíos técnicos. Ahora quiero centrarme en los desafíos humanos, los cuales en ocasiones son aún más complejos: las máquinas hacen lo que uno les dice, pero no las personas no, ¡ja!
El primero de los desafíos humanos aparece en la concepción misma de la iniciativa de automatización. En la mayoría de los casos que he participado la motivación de automatizar ha surgido de una gerente/jefe/líder, pero no de la gente que realiza el desarrollo de los sistemas (developers), ni tampoco de la gente que realiza las pruebas manualmente (testers).
Por lado las iniciativas en las que he participado han caído en manos de equipos incompletos y/o grupos con muy poco compromiso. Gente a la que «se le endosa» la obligación de colaborar en esta iniciativa pero para la cual esta iniciativa no reviste de mayor interés.
Luego de haber participado en varias iniciativas de este estilo solo puedo reconocer 2 de ellas como exitosas (aún cuando los clientes han quedado conformes con lo realizado en casi todos los casos). Los puntos que identifico comunes en esos mencionados casos de éxito son:
- En ambos casos se contó con una persona en el rol de Software Engineer in Test, alguien que se encarga de proveer/desarrollar herramientas, guías y ayuda en general para facilitar el trabajo de todos aquellos que deban realizar tests.
- La dedicación pro-activa, comprometida y explícita (en términos de asignación y planificación) de un desarrollador/implementador del sistema core para que asista en el setup de los set de datos necesarios en el sistema core.
En breve estaré empezando un nuevo proyecto de este estilo, por ello en un próximo artículo contaré lo que lo tenemos planeado.